Argentina, ante un rival que exporta talentos y tiene un público pasional
Marruecos tiene futbolistas en España, Francia y Holanda. Y juega a estadio lleno.
No se trata de fabricar cucos donde no los hay. Ya le pasó a algún entrenador argentino en el arranque de un Mundial, allá por los 80. Pero debe decirse que no parece Marruecos el rival ideal para levantar cabeza después del golpe al mentón que significó la derrota con Venezuela. Ya clasificados a la fase final de la Copa Africa, los marroquíes vienen de hacer un buen Mundial en Rusia, pese a que apenas cosecharon un punto en el 2-2 ante España tras perder 0-1 con Irán y 0-1 con Portugal.
Comienza a las 16 y televisa TyC Sports
El fútbol marroquí es de segundo o tercer nivel si se lo compara con las grandes ligas europeas. Pero tiene dos características que lo hacen atractivo: es una cantera permanente de buenos jugadores y su público es fervoroso como pocos, lo que hace que cada presentación de los equipos grandes del país genere gran expectativa. El Ittihad Tánger, que por primera vez en la historia ganó la liga local, juega en el estadio que recibirá el partido de hoy y normalmente se presenta ante 45 mil personas, es decir, a estadio lleno.
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Todo joven futbolero marroquí sabe la formación del Real Madrid, muchos conocen la del Barcelona y casi todos saben cuántos Balones de oro ganó Messi y cuántos Cristiano. Y los futbolistas, en general de origen humilde, sueñan con una transferencia: ¿a Europa? No. A Arabia Saudita o a Qatar, adonde irían detrás de contratos millonarios.
Marruecos, que aspira a coorganizar el Mundial de 2030 junto a España y a Portugal, armó una selección competitiva en la que se mezclan jóvenes promesas con experimentados que sienten un enorme orgullo cada vez que vuelven para ponerse la roja, como Mehdi Benatia, ex Juventus. Su entrenador desde comienzos de 2016 es el francés Hervé Renard, que clasificó a la Selección al último Mundial después de 20 años de ausencia. Experto en fútbol francés pero también en fútbol africano, eligió sostener el viejo estilo marroquí: juego de tenencia de pelota con jugadores livianitos y veloces.