Darío Cvitanich: “Decir que ya somos campeones es una falta de respeto”
Llegó a Racing en el verano y pronto se transformó en baluarte y pieza clave dentro del grupo. En el tramo final de la Superliga, remarca que todavía falta el último esfuerzo.
Darío Cvitanich siempre tuvo claro el rol que venía a ocupar en Racing, tanto adentro como afuera de la cancha. Entendió el delantero de 34 años que su función en el vestuario -y en la institución- sería muy distinta a la que tenía en Banfield. Pasó de ser un referente todo terreno a uno más silencioso, aunque igual de trabajador y humilde. Se sumó a la causa del líder indiscutido Lisandro López, se acercó a los más jóvenes, tendió puentes, dio la cara en momentos bravos con goles y declaraciones a la prensa. Y en menos de dos meses se ganó la confianza de hinchas, compañeros y cuerpo técnico. «Parece que hace mucho que estoy acá. Me tocó llegar a un grupo hermoso, que ya estaba armado, y por suerte entré bien», destacó Darío Cvitanich, sin dudas uno de los baluartes del puntero de la Superliga.
«Estoy listo para correr lo que corre el Churry y para jugar lo que juega Lisandro», le había dicho Cvitanich a Clarín cuando la Superliga aún no se había reanudado. En esa misma entrevista contó que Cristaldo era el titular. Pero en pocos partidos se ganó un lugar en el equipo inicial. Acumula 472 minutos y anotó 3 goles. «Darío cayó muy bien al grupo. Entró perfecto por su personalidad. Tiene un gran sentido del humor. Todo esto se ve reflejado en los entrenamientos», lo mimó Jonatan Cristaldo. «El Churry es de esas personas que le hacen muy bien al grupo. Ayuda adentro y afuera de la cancha. Disfruto de tenerlo como compañero», le devolvió la pared Cvita.
La llegada de Cvitanich a Racing fue como un renacer futbolístico. «En Banfield me empezaron a afectar demasiado algunos problemas. Me angustiaba y no la pasaba bien. Tenía ganas de sentirme solamente un jugador de fútbol», le había confesado a Clarín a fines de enero. Ahora, en la cancha se lo nota con la misma intensidad de siempre, aunque más fresco y sonriente. Adentro del área sigue siendo igual de letal. Afuera del campo de juego, un hombre medido y pensante.
«No nos dejamos llevar por lo externo. Decir que ya somos campeones es una falta de respeto porque tenemos dos partidos contra rivales durísimos. Uno, Tigre, pelea el descenso, y otro, Defensa y Justicia, lucha el torneo con nosotros. Vamos partido a partido y no miramos más allá de lo que no corresponde», señaló el goleador. Y amplió: «En el fútbol argentino no hay rivales fáciles, todos juegan por algo y cuando juegan con el puntero lo quieren bajar».