Planificación anunció que ARSAT explotará frecuencias para telefonía celular
El Gobierno resolvió dejar sin efecto la licitación de frecuencias destinadas a adjudicación de servicios de comunicaciones personales y radiocomunicaciones, prevista en la Resolución 57/11.
En una conferencia de prensa brindada por el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, se anunció que luego de la evaluación de las ofertas se decidió dejar sin efecto el concurso público «por razones de oportunidad, mérito y conveniencia».
Mediante la Resolución 71/12 se indicó que las frecuencias fueron asignadas a la empresa Arsat «en atención a su rol estratégico en la implementación de las políticas de Estado en materia de telecomunicaciones, radiodifusión e internet, contando con el asesoramiento técnico de la Comisión Nacional de Comunicaciones».
El ministro de Planificación, Julio De Vido, explicó que la empresa ARSAT tendrá «prácticamente un 25% de la frecuencia 3G, como sociedad anónima del Estado» y remarcó: «No va a tener una participación testigo sino una participación equilibrante en el mercado».
En ese sentido, indicó que se definirá «de qué manera vamos a llevar adelante la explotación de estas frecuencias» y valoró que habrá «participación de cooperativas y PyMES del interior, que hasta ahora hubiera sido imposible que siquiera soñaran prestar telefonía celular, que es la parte del negocio que tiene mayor rentabilidad».
El ministro aclaró que «la decisión no es contra los grandes prestadores, sino que surge de un análisis de cómo era la situación en el mercado».
En el concurso público se habían presentado las empresas Claro, Multitrunk (Grupo Roggio), Nextel, Telecom, Viettel y Superphone (del grupo Vila-Manzano), de las cuales se evaluó «la condición financiera y patrimonial que garantizara que iban a estar las inversiones para desarrollar el 25% de una frecuencia como la 3G».
Señaló que la empresa Claro «era la única con posibilidades patrimoniales y financieras» para obtener la adjudicación, pero que otorgar la frecuencia a un solo oferente «hubiera sido un proceso de concentración que finalmente terminaría en una situación de monopolio».
«Los argentinos estamos hartos de los monopolios y no queremos generar situaciones que empresas que hoy tal vez no sean monopolios a la prestación de servicios, transformarlas en condición de tal», concluyó De Vido