Beach Handball Después de la consagración, las Kamikazes se animan a ir por más
Las chicas argentinas que ganaron el oro en beach handball hablan del esfuerzo realizado y sueñan con el desarrollo de la disciplina en el país.
Las caídas dolían. Dejaban una marca. Y no se trataba de eufemismos o metáforas. Cuando la Selección argentina femenina de beach handball comenzaba a ponerse a punto para representar al país en este deporte prácticamente desconocido, la preparación estaba lejos de las condiciones ideales.
Allí donde ganaron el oro, en un coqueto estadio con cerca de mil personas mirándolas desde las tribunas y desde donde se pudiera, pero con varios miles más escuchándolas y viéndolas por pantalla gigante. Por allí mismo comenzaron a desandar su camino de sueños hace tan sólo tres años. Pero ahí donde el sábado había un reconfortante colchón de arena, que se volvía cada vez más agradable conforme pasaban los goles y se acercaba la medalla de oro, alguna vez hubo pasto y alguna que otra piedra.
La Selección argentina de beach handball, campeona olímpica juvenil en Buenos Aires. FOTO: GUILLERMO RODRIGUEZ ADAMI
Ellas, sin embargo, no renunciaron a sus sueños. “Hubo muchos momentos en los que quisimos bajar los brazos y no lo hicimos. Al final, valió la pena”, reconoce mirando hacia el pasado Jimena Riadigos, cuyos ojos azulados vuelven a empañarse antes de continuar: “Fue un camino muy duro en serio, tuvimos muchos altibajos. Estar acá y que el equipo haya logrado esto es algo que no terminamos de entender“.
Por aquellos tiempos ya luchaban con la adversidad. Al tiempo, consiguieron que llegaran los bolsones de arena para armar un cancha digna. Y los resultados no tardaron en llegar.