Una Corte dividida en el peor momento del gobierno
Con un dólar sin techo, una inflación que rondaría el 45% y una conflictividad social en aumento, lo que menos necesitaba en este momento el gobierno es un cimbronazo en la Corte Suprema de Justicia como el ocurrido esta semana.
Con el cambio de presidente del máximo tribunal propiciado en las sombras por varios actores cercanos a la Casa Rosada se rompió el equilibrio y el nuevo panorama genera más interrogantes que certezas.
El golpe a la estabilidad cortesana tuvo su manifestación el martes pasado con el desplazamiento del juez Ricardo Lorenzetti de la presidencia tribunal. Sin embargo, la jugada que culminó encumbrando a Carlos Rosenkrantz comenzó hace un tiempo con las denuncias de Elisa Carrió con el claro objetivo de esmerilar la figura de Lorenzetti, quien también hizo llegar su acusación contra el magistrado al Consejo de la Magistratura. Otro jugador relevante para lograr sacar de la Presidencia a Lorenzetti fue Fabián Rodríguez Simón, el hombre del gobierno en Tribunales, cercano a Carrió por la amistad en común que tienen con Mariana Zuvic.
La maniobra para desplazar a Lorenzetti se completó en la reunión de acuerdos del martes. Si bien había un entendimiento previo entre Horacio Rosatti y Rosenkrantz faltaba un voto, y para eso era necesario tener la voluntad de Elena Highton de Nolasco. Las dudas de la ministra se disiparon con los mensajes que le llegaron del lado de Carrió. Según pudo reconstruir Infobae, los emisarios de la diputada de Cambiemos dijeron: «Lilita considera que para el país es muy importante que Lorenzetti deje el cargo. Si necesita el apoyo de ella para votar en ese sentido, lo tiene». Minutos después de conocido públicamente el desplazamiento del hasta entonces presidente de la Corte, Carrió publicó en Twitter «Highton de Nolasco va a ser recordada por haberles hecho un gran bien a la República y a la Patria. Que Dios la bendiga.»