Por fin en el banquillo

Luego de una tensa y larga espera, comenzó ayer el juicio por el crimen de Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, los curas asesinados en Chamical, durante la última dictadura militar. Benjamín Menéndez, Luis Estrella y Domingo Vera estuvieron finalmente sentados en el banquillo por este hecho.

Por si treinta años y 28 días no fueron suficiente espera, el juicio que debía empezar ayer a las 17 –luego de ser pospuesto a la mañana– demoró tres horas más en comenzar. Recién a las 20, y luego de una tensa espera, los tres imputados ingresaron a la sala de audiencias del Tribunal Oral Federal de La Rioja (TOF).

El primero en ocupar su lugar en el sector de los acusados fue Domingo Benito Vera, quien era comisario de Chamical en julio de 1976, cuando ocurrió el hecho. Junto con él se sentó su hijo, quien sostuvo su mano mientras duró la audiencia.

Luego Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, hizo su aparición. Su presencia estuvo en duda hasta último momento. Inclusive, recientemente fue aparado de un proceso por delitos de Lesa Humanidad que comenzará a realizarse en Tucumán. Sin embargo, y luego de que un equipo médico de la Universidad de Córdoba dictaminara que su estado de salud le permitía afrontar el juicio, fue traído desde esa provincia. Llegó a nuestra ciudad pasadas las 15 y fue llevado en un patrullero de la Policía Federal de Córdoba al TOF. En las puertas del edificio estuvo esperando varios minutos. No había nadie aguardando su llegada, salvo algunos medios de prensa que hicieron caso omiso a la siesta riojana.

En tercer y último lugar, ingresó Luis Fernando Estrella, quien tenía el rango de vice comodoro cuando los curas Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville fueron privados de su libertad, torturados y ultimados a balazos.

DEBATE ABIERTO

Autoridades provinciales y nacionales, familiares de víctimas de la dictadura, representantes de distintas organizaciones y vecinos de Chamical llenaron el área destinada al público.

Cuando todo estuvo, finalmente, listo, los jueces José Camilo Quiroga Uriburu (presidente), Carlos Lascano, Jaime Díaz Gavier (vocales) y Karina Perilli (juez sustituta) ingresaron a la sala. Instantes después, el presidente del Tribunal declaró abierto el debate y marcó así un punto histórico para la provincia y el país. Finalmente, uno de los juicios más esperados estaba en marcha.

A pedido de las partes y con el fin de economizar tiempo, solamente se leyó la parte resolutiva del auto de elevación a juicio, contenida en el expediente 1.361/2009. En su parte final, el documento resume el motivo del proceso contra Menéndez, Estrella y Vera: los tres deben responder, en grado de co-autores, por los delitos de doble homicidio calificado, privación ilegítima de la libertad seguida de muerte agravada y tormentos, todo en concurso real.

PEDIDOS Y SUSPENSIÓN

Durante la audiencia, que duró cerca de hora y media, la Fiscalía y la Querella solicitaron al Tribunal la incorporación de nueva prueba. Así, el fiscal coadyuvante, Carlos Gonella, manifestó que, por su función en Córdoba, tuvo acceso a memorandos de la Policía Federal de esa provincia, que dan cuenta de la persecución hacia los sacerdotes denominados “tercermundistas”.

También citó otros documentos que podrían aportar al contexto de la causa, como actas, legajos, informes y expedientes judiciales que detalló. A su turno, la Querella que representa a los familiares de Murias pidió también la incorporación de nueva prueba, como un libro de Horacio Verbitsky e informes que dan cuenta de una reunión que mantuvo la Conferencia Epicospal Argentina con el ex presidente de facto, Jorge Rafael Videla, ocurrida días después del crimen que se intenta esclarecer. Como era de suponer, las Defensas de los acusados se opusieron, considerando que la instancia había precluido y amparándose en el tratado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La resolución de la cuestión fue aplazada para otra oportunidad.

También del defensor oficial, Carlos Cáceres hizo un pedido. Solicitó al Tribunal que tenga en cuenta las recomendaciones médicas por el estado de salud de Menéndez, su defendido. Entre otras consideraciones, se aconseja que el imputado no sea sometido a audiencias de más de dos horas y que cuente con asistencia médica especializada y permanente, debido a sus problemas cardíacos y pulmonares.

En tanto, el abogado oficial Juan De Leonardi, quien asumió anteayer la defensa de Estrella, pidió la suspensión del juicio, por un término de tiempo que le permita tomar “conocimiento cabal” de la causa. Ante esto, el fiscal Darío Illanes se opuso porque “De Leonardi ha sido el defensor originario de Estrella” y, por lo tanto, conoce el expediente. A su fundamentación adhirieron los querellantes, pero se opusieron los defensores.

Finalmente, y luego de una breve deliberación, el Tribunal decidió hacer lugar al planteo defensista y resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta el próximo jueves. Ese día, serán indagados los imputados.

FRESNEDA TUVO QUE ESPERAR

Casi diez minutos estuvo parado en la puerta del TOF, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda. Aunque estaba acompañado por su par a nivel provincial, Domingo Bordón, el policía que custodiaba la entrada, le preguntó si estaba acreditado y le pidió que aguarde para corroborar. “Tengo que esperar la autorización”, se excusó.

Consternado, el funcionario nacional admitió que era la primera vez que le sucedía algo semejante y esperó pacientemente hasta que le abrieron las puertas.

DEMORA: BARONETTO DENUNCIÓ CONTACTOS EN EL PODER

Luis Miguel Baronetto es ex secretario de Derechos Humanos de la ciudad de Córdoba, director de la revista “Tiempo Latinoamericano” y querellante en la causa por la muerte del obispo Enrique Angelelli. Ayer, presenció el inicio del histórico juicio por el crimen de los curas de Chamical y denunció un andamiaje político relacionado con la dilación del proceso.

En diálogo con la prensa, Baronetto sostuvo que estos supuestos contactos de algunos imputados con el poder han dilatado el inicio del juicio e inclusive, lo pusieron en duda. “Yo estuve la semana pasada, y ni siquiera la sala estaba acondicionada”, dijo. “Entonces, quiere decir que no hay voluntad política del Tribunal de La Rioja para que esto se haga”.