A la final: Argentina venció a Holanda en los penales y definirá el Mundial ante Alemania

La Selección de Sabella igualó sin goles en los 120 minutos de juego, pero Romero se agrandó en los penales y Argentina ganó 4 a 2 para meterse en la final del próximo domingo.

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Argentina y Holanda no se sacaron ventajas. Jugaron un partido parejo, donde Holanda tuvo más la pelota, pero Argentina las mejores chances. Fue una partida de ajedrez, táctica y estratégicamente ideada por ambos técnicos. Y entre tanto anularse ninguno de los dos pudo concretar la ventaja necesaria.Arrancaron los dos sumamente cautelosos. Como dos boxeadores en rounds de estudio, sin arriegar golpes para no recibir la contra y tratando de ver como se para el rival. Dentro de ese esquema, Holanda circulaba un poco mejor, más ordenado, pero Argentina parecía más punzante por el peso de las gestiones individuales, sobre todo de Enzo Pérez.

Pero a medida que el conjunto de Sabella fue asentándose y ganando confianza comenzó a progresar con firmeza ante un cojunto naranja que se replegaba. El fondo albiceleste transmitía confianza. Robben y Van Persie estaban bien controlados, Sneijder no gravitaba y eso permitía que desde el medio hacia arriba se trabajase con mayor comodidad en la búsqueda, paciente, inteligente, de aquellos que podían desequilibrar. Si bien Messi no aparecía haciendo diferencias, dejaba la impresión en cada pelota que tocaba que en cualquier momento podía aparecer la explosión.

En el segundo tiempo Holanda volvió a tener más la pelota. A Argentina le costaba recuperarla y cuando lo hacía no tenía receptores en la línea de avanzada. Había demasiado espacio entre el medio, Lavezzi e Higuáin. Messi debía retroceder demasiado para tomar contacto con el balón y cuando lo hacía le doblaban y hasta le triplicaban la marca.

Se juega Sabella haciendo ingresar a Agüero y Palacio por Enzo Pérez e Higuaín buscando mayor profundidad y también acortar esas distancias que no le permitían llegar hasta Cillessen. Robben no había aparecido en todo el partido, pero sobre el final de los 90 casi logra desnivelar. Sin embargo la paridad no se quebró y llegó la hora del alargue.

No cambiaron demasiado las cosas en el suplementario. El ingreso de Maxi Rodríguez por Lavezzi pretendía cumplir dos premisas: oxigenar porque el Pocho estaba muy cansado y tirar a Palacio más adelante para que Agüero tuviese más compañía. No hubo caso, aunque Holanda no inquietó, Argentina, que tuvo sus chances, no pudo. Y así llegó la cara y cruz de los penales.

Allí, Sergio Romero se vistió de gran héroe, le tapó los penales a Vlaar y a Sneijder y, gracias a eso, y a los cuatro convertidos por Messi, Garay, Agüero y Maxi Rodríguez, Argentina triunfó 4 a 2 y pudo capitalizar ese sueño tantas veces trunco y tan anhelado: llegar a una nueva final de la Copa del Mundo, como hace 24 años. Y ante el mismo rival: Alemania.

Pero ésa será otra historia. Hoy es tiempo de disfrutar, festejar y aprovechar una emoción que no entra en el pecho, ya repleto de orgullo. Argentina vuelve a definir una Copa del Mundo. Y el mítico estadio Maracaná puede ser testigo de la historia grande para el equipo de Sabella.