Los Spurs de Manu Ginóbili vencieron a Miami y son campeones de la NBA
Emanuel Ginóbili, uno de los deportistas argentinos fundamentales de la historia, consiguió anoche su cuarto título NBA en el básquetbol profesional, al guiar a San Antonio Spurs a la victoria sobre Miami Heat, por 104 a 87, en el quinto encuentro de la final entre ambos conjuntos.
De esta manera, la franquicia texana selló la serie con un contudente 4-1 y se cobró revancha de la definición perdida ante el mismo adversario en 2013 (3-4), después de haber estado muy cerca de conquistar el cetro. San Antonio Spurs obtuvo así su quinto anillo en el historial: 1999, 2003, 2005, 2007 y 2014.
Ginóbili no resultó la mejor figura pero descolló en muy buen nivel aportando 19 puntos (3-5 en dobles, 3-6 en triples, 4-5 en libres), 4 rebotes y 4 asistencias en los 28 minutos que permaneció en cancha.
El máximo anotador en el quinteto dirigido por Gregg Popovich fue el alero Kawhi Leonard, quien antes de salir con 6 infracciones personales, dejó su estirpe con 22 tantos, 10 rebotes y 2 pases-gol, para ser elegido el «jugador más valioso» (MVP) de la final.
En los Heat se destacó casi en soledad el astro LeBron James, quien acumuló 31 unidades (17 en el primer cuarto) y capturó 10 rebotes.
En el comienzo, el técnico de Miami, Erik Spoelstra, realizó una modificación táctica: Ray Allen por Mario Chalmers, dejando en el armado del equipo a su mega-estrella, LeBron James.
El arranque le favoreció completamente a los Heat, que se mostraron sólidos en defensa y pudieron correr: con 6 de James y otros 2 de Wade, el bicampeón se alejó 8-0, a los 3m. 30s.
Manu Ginóbili ingresó rápido a pedido del DT Gregg Popovich para intentar hallar las variantes que faltaban. Y el zurdo escolta se encendió para encestar 6 puntos seguidos (incluída una bomba desde afuera) y así la franquicia texana descontó una desventaja máxima de 16 (6-22), para quedar a 10 (12-22).
El bahiense contagió a sus compañeros, que se hicieron fuertes en defensa. Entonces, dos tiros desde lejana de dimensión (uno de Leonard y otro del australiano Patrick Mills) le permitieron a Spurs quedar cuatro por debajo (18-22).
Sin embargo, el astro LeBron volvió a recobrar protagonismo y terminó los primeros 10 minutos «en llamas» (17 puntos, 6 rebotes) para permitirle a Miami irse arriba por 29-22.
En el segundo capítulo, los Spurs cambiaron la cara. Sustentados en el tándem Leonard (8)-Ginóbili (8), más la contribución de un eterno Tim Duncan (5), el equipo local metió un parcial 14-0 y se puso arriba por 39-35.
El bicampeón perdió consistencia en ofensiva (apenas anotó 6 puntos en algo más de 9m.) y San Antonio terminó con ventaja tanto en el trámite como en el marcador: 47-40, para el primer tiempo
En el tercer cuarto, San Antonio destrozó con un arma quirúrgica: los tiros a distancia del base reserva Patrick Mills. El australiano sumó 5-8 en triples (17 puntos) y fue el principal responsable de que la ofensiva de Spurs estuviera endemoniada. Ginóbili y Leonard siguieron incrementando y aportando en diferentes ítems y así la franquicia texana sacó una máxima de 22 (75-53), que se redujo a 19 (77-58), al cierre del penúltimo segmento.
En el comienzo del último período, Miami acortó a 14 (65-79), con una volcada de James, pero, enseguida, San Antonio recuperó el control con sendas conversiones de Tim Duncan y Tony Parker y disipó las dudas (83-65). Encima, el francés Parker (12 tantos) restableció su nivel en este tramo final y así la franquicia texana se encaminó hacia un triunfo tan justo como merecido, que le dio la corona perdida ante el mismo adversario, un año atrás.