El papa Francisco remarcó que «piedad no es tener lástima por alguien»

Jorge Bergoglio dedicó su catequesis en plaza San Pedro, ante miles de fieles reunidos en una jornada cálida y soleada, al don de la piedad como «don del Espíritu Santo, que se refiere a nuestra 
relación con Dios, al auténtico espíritu religioso de confianza filial, que nos permite rezar, como un hijo que habla con su padre».

Según sus palabras la piedad «no es pietismo, hacer la cara de estampita, hacer la ficción de ser un santo» y tampoco tener «lástima» por alguien.

La palabra piedad, explicó Francisco, «no tiene el sentido superficial con que a veces la utilizamos de tener lástima de alguien, sino que nos permite vivir como verdaderos hijos de Dios, con lo cual nos lleva también a amar al prójimo y a reconocer en él a un hermano».

El Papa dijo que la piedad incluye la capacidad de «alegrarnos con quien está alegre y de llorar con quien llora, de acercarnos a quien se encuentra solo o angustiado, de corregir al que se equivoca, de consolar al afligido, de atender y socorrer a quien pasa necesidad».

El Pontífice, prosiguiendo su catequesis ante más de 32 mil personas, explicó que la piedad «toca en el corazón de nuestra identidad y nuestra vida cristiana, no se identifica con tener lástima por alguien, tener piedad del prójimo, sino indica nuestra pertenencia a Dios y nuestro vínculo profundo con el que, afirmó, nos mantiene unidos en comunión con él también en los momentos más difíciles».

«Este vínculo con el Señor -agregó Francisco- no se debe entender como un deber o una imposición, viene de adentro, es una relación vivida con el corazón, es nuestra amistad con Dios que nos
donó Jesús, que nos llena de alegría».

«El don de la piedad suscita en primer lugar la gratitud y el elogio, es este el motivo y el sentido más auténtico de nuestro culto y de nuestra adoración: el Espíritu Santo nos hace percibir todo su amor por nosotros y nos mueve casi naturalmente a la oración y a la adoración», sostuvo.

De ese don, remarcó, derivan «el auténtico espíritu religioso, confianza filial con Dios, y la capacidad de rezarle con amor y simplicidad, que es propia de las personas humildes de corazón«.

Pero este don de la piedad tiene también otra cara: «Nos hace crecer y nos hace vivir como sus hijos, y al mismo tiempo nos ayuda a volver este amor sobre los otros y a reconocerlos como hermanos,
entonces nacen sentimientos de piedad, no de pietismo, hacia quien encontramos cada día», señaló el Papa.

«¿Por qué digo que no es pietismo?», se preguntó Bergoglio, y respondió que «porque algunos piensan que es cerrar los ojos, hacer cara de estampita, hacer la ficción de ser un santo, decimos en
piamontés».

En ese sentido, agregó una expresión de la región italiana de origen de su familia, que debería corresponder a «faccia da immaginetta» (cara de estampita).

Por esta razón invitó a los participantes en esta audiencia semanal a pedir a Jesús que este don de su Espíritu venza nuestros miedos y nuestras dudas, y nos convierta en testigos valientes del Evangelio.