El gran esfuerzo de Rosso y Suárez no alcanzó para el podio
Eton Dorney, desde temprano, estaba listo para un día histórico en el remo argentino. Con 30 mil personas siguiendo las carreras desde antes del comienzo de la primera, a las 9.30 (5.30 de Argentina), los argentinos esperaban con ansías que el reloj marcara las 7.50 en sus casas para seguir por TV lo que pasaría con el doble par conformado por Ariel Suárez y Cristian, medallistas de oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y que clasificaron a esta final tras quedarse con el mejor tiempo de la semi. Finalmente, aunque en los primeros 1.000 metros estuvieron segundos, terminaron cuartos, en una gran actuación, por detrá de Nueva Zelanda, Italia y Eslovenia, los medallistas en estos Juegos Olímpicos.
Con un cielo que alternaba sol, nubes y llovizna, Suárez y Rosso tenían que esperar otras 12 carreras para salir a la pista. Una de ellas era la protagonizada por la argentina Lucía Palermo, en las semifinales del single sculls femenino, a las 9.30 (hoa local). Allí, la chica de Olivos fue cuarta en su seria (con un tiempo de 8:09.85), que la decretó a participar en la Final D. Un resultado así sufrió también, en el single sculls masculino, Santiago Fernández, que terminó cuarto en la serie sin chances de medallas.
Como para hacer más especial el momento, minutos antes de final, el cielo se tornó amenazante con unas nubes negras y una lluvia cada vez más intensa. Mientras, Rosso y Suárez entraban en calor en la pista que está paralela a la principal. No era esta la primera ni sería la última vez que tuvieran que remar en estas condiciones. En Tigre, en Mar del Plata o en cualquier otro lugar del mundo pasaron por situaciones de mal clima y aún así siguieron adelante hasta hoy, un gran día sea cual fuera el resultado.
A la hora señalada, la lluvia paró. Con los remeros argentinos en la tribuna, entre ellos Laura Abalo, Gabriela Best y Milka Kraljev, a las 7.48 -hora local- Suárez y Rosso se ubicaron en la línea 4, una de las centrales, para recorrer los 2.000 metros. Puntualmente, a las 7.50, comenzó la acción. En los primeros 500 metros, aparecieron en el cuarto lugar, detrás de los eslovenos, británicos y lituanos, muy cerquita de estos últimos.
Comenzaron a avanzar cada vez más velozmente y así llegaron a la mitad de la carrera en el segundo lugar, por detrás de los líderes absolutos, los eslovenos. A la llegada d ellos 1.500 metros, los que mejoraron fueros los italianos, en el último carril, para pasar al frente. Argentina, en tanto, pasó en tercer lugar en una lucha peleadísima. Para el final quedó toda la emoción. Lucharon hasta que terminó y aunque no alcanzó para subir al podio, fue una gran actuación de los argentinos, que venían con la ilusión de entrar a una final y se llevaron el diploma olímpico y un recuerdo inolvidable de haber estado cerquita del bronce.