MASSA: «10 COMPROMISOS PARA LA ARGENTINA QUE VIENE»

Muchos de los que hoy estamos acá, venimos de lugares distintos, en muchas cosas pensamos distinto: Científicos, representantes de nuestros trabajadores, rectores de nuestras universidades, legisladores de más de una fuerza política, empresarios, la diversidad de nuestra patria en su máxima expresión.

El 22 de octubre cuando terminaba la primera vuelta, le planteé a los argentinos que si el 10 de diciembre, Dios y los argentinos me daban la responsabilidad de gobernar, íbamos a construir y a convocar sobre la base de un gobierno de unidad nacional y de la Unión Nacional y la bandera argentina como principales símbolos de identificación del nuevo tiempo.

Esto pretende ser la semilla que establezca que podemos sentarnos a la misma mesa, que podemos compartir el mismo techo, que podemos construir 10 consensos básicos, políticas de Estado. Que podemos enterrar definitivamente el negocio del odio de algunos que lo convirtió en la grieta en la Argentina. El 10 de diciembre tenemos que enterrar definitivamente la grieta como método de destrucción de la convivencia en la Argentina.

Tenemos que partir desde la humildad, tenemos errores que asumir y disculpas que pedir a parte de la sociedad.  Vayan mis disculpas a todo el pueblo argentino por aquellas expectativas que no supimos cumplir.

Pero también transmitirles una certeza: Tenemos y tengo el coraje, la fuerza y la capacidad para enfrentar los cambios que la Argentina necesita para que construyamos ese país de producción, de desarrollo y de convivencia.

El gran desafío de los próximos 20 años de la Argentina es construir certezas, es construir políticas de Estado, es recorrer en un camino de acuerdo de fuerzas políticas, económicas y sociales. Un país con desarrollo, con inclusión, pero sobre todas las cosas un país con un proyecto de Nación.

El mayor cambio que se puede hacer es construir la unidad nacional y esa es tarea de todos nosotros.

1. El trabajo y la producción en el centro.
El primer gran acuerdo tiene que ser alrededor del trabajo y la producción. Nuestro enorme desafío como nación es el de defender a la industria nacional frente a tantas ideas y a tantos ataques sistemáticos de aperturas indiscriminadas de la economía que destruyen esfuerzo de empresarios y salarios de trabajadores.

Nuestro gran primer llamado tiene que ser a definir un modelo de producción y trabajo en el que desde los sectores de la economía popular hasta las grandes empresas de la Argentina sientan que construimos un país con mejora de ingreso, un proyecto de desarrollo de empresarios nacionales y un proyecto federal de distribución de la inversión en la Argentina porque ese es tal vez el desafío más importante.

Generación de empleo registrado, generación de buenos salarios, generación de inversión genuina frente a la especulación financiera y generación de crecimiento con inclusión para el desarrollo económico de la Argentina.

2. Superávits fiscal y comercial.

Un segundo gran consenso que es construir los superávits gemelos que le dieron a la Argentina los momentos de mayor desarrollo económico y mejor distribución del ingreso.

Superávit fiscal con un sistema tributario progresivo: quien menos puede, menos paga, quien más puede, más paga. Con un modelo tributario más simplificado. No podemos seguir en la Argentina en la que un comerciante o un pyme tiene que pagar 150 vencimientos distintos de impuestos porque vive para el contador y no para emprender, para desarrollar y para generar trabajo.

Superávit comercial para hacer fuerte nuestra moneda. El mejor remedio para bajar la inflación es exportar más de lo que importamos, hacer fuerte nuestra moneda, es que Argentina venda más trabajo argentino del que consume.

Tenemos que llenar el mundo de trabajo argentino a partir del programa de desarrollo exportador que es el que nos va a permitir ampliar la oferta de trabajo argentino al mundo.

Cada nueva exportación argentina, desde el 1ro de enero del 2024, va a pagar cero de impuestos internos nacionales. Quiero invitar a que provincias y municipios nos acompañen en el esfuerzo de promover el aumento de venta de trabajo argentino en el mundo.

3. Abrazar el federalismo.

El tercer gran consenso tiene que ser alrededor del federalismo. La coparticipación es intocable porque es preexistente y constitutiva de la Constitución Nacional.

Vaya mi compromiso con todos los gobernadores argentinos. Desde el 10 de diciembre quiero trabajar con cada uno de ellos sin discriminación, quiero que sepan que no me importa el origen partidario en la medida que sean parte de la construcción de un proyecto de desarrollo con inclusión para sus provincias y para la Argentina.

Resolver asimetrías en el transporte, en la inversión pública, en la capilaridad de las políticas públicas, depende centralmente de que tengamos la grandeza de animarnos a ceder más coparticipación federal a cada una de las provincias argentinas. Para que puedan invertir mejor y para que puedan promover el desarrollo de las políticas locales.

4.Desarrollar las industrias del futuro.

Un cuarto punto en el cual tenemos que construir políticas de desarrollo y es el desarrollo de las industrias del futuro. Argentina vivió en los procesos de desindustrialización de políticas económicas como la que hoy nos quieren imponer, un proceso de desindustrialización y de desconexión de la Argentina con además enorme impacto de desarraigo.

Se necesita acuerdos de largo plazo y de la convocatoria a un programa de políticas de Estado para los próximos diez o veinte años para garantizar que esas inversiones que le pongan trabajo argentino a nuestros recursos naturales.

5. Combatir el cambio climático y cuidar el ambiente

El quinto gran acuerdo tiene que ser alrededor de la defensa de una agenda contra el cambio climático. Argentina tiene que recorrer un ciclo virtuoso que nos lleve por un lado a la descarbonización y por otro lado a un acuerdo con licencias sociales locales, de convivencia entre medio ambiente o ambiente y desarrollo.

Eso inexorablemente construye nuestros pilares de desarrollo económico nuestros pilares de desarrollo industrial y nuestros límites para cuidar el lugar donde van a vivir nuestros hijos en el futuro.

No es solamente el trabajar en las medidas de adaptación, que sabemos que son importantes. Sino también planificar las medidas de mitigación pero las nuevas producciones.

Ese acuerdo en la agenda climática debe incluir sanciones. Ya lo plantee alguna vez y hoy quiero volver a dejarlo planteado. El que destruye bosques, el que contamina ríos tiene que ir preso de tres a ocho años para que no sea excarcelable.

Que no me vengan con el negacionismo ni en derechos humanos ni en cambio climático porque es un dato de la realidad.

6. Defender y mejorar la educación pública, gratuita y de calidad.

El sexto acuerdo cruza casi horizontalmente al ochenta por ciento de la sociedad argentina: la necesidad de defender un sistema educativo desde los cuarenta y cinco días hasta la universidad, público, gratuito, de calidad, inclusivo y con tecnología. Ni vouchers ni aranceles: público, gratuito, de calidad e inclusivo.

Ayer la Comisión de Educación empezó a discutir una propuesta que enviamos al Congreso: subir de 6 a 8 puntos del PBI la inversión obligatoria en educación en la Argentina, con un punto y medio exclusivo para el sistema universitario nacional.

Toda mi vida escuché a aquellos que hoy nos enfrentan electoralmente decir que la mejor herramienta para combatir la pobreza era la educación. Se llenaron la boca una y cien veces, después cerraron escuelas en el Delta y en otros lugares. Yo me pregunto cómo hacen para combatir la pobreza si arancelan la educación.

La escuela no sólo es ordenador familiar, no sólo es convivencia social, sino que además es el instrumento más importante de generación de igualdad de portunidades. Creemos en la Argentina de la igualdad de oportunidades.

Tenemos que hacer el esfuerzo gobierno nacional, gobiernos provinciales, sindicatos, docentes, alumnos 190 días de clases para todos. Eso se hace sosteniendo además la acción del Estado. o es un tema de que el mercado lo resuelve: las reglas de convivencia social, las reglas de promoción las define el mercado de relaciones sociales si queremos tener una Nación, si no queremos vivir en el sálvese quien pueda.

7. Fortalecer la inversión en ciencia y tecnología.

Para transformar materia prima en riqueza, para transformar y agregar valor en la producción de nuestras PYMES, para transformar el sistema educativo en capital económico de nuestra patria y en mejores ingresos no podemos renunciar a invertir en ciencia y tecnología y en desarrollo.

Por eso quiero reiterar mi compromiso con el complejo científico tecnológico argentino: ,7 del producto al 2030, exenciones impositivas para el sector privado que se asocie con el sector público en las investigaciones que necesitamos para el desarrollo.

A nuestros científicos del CONICET no los vamos a tachar, los vamos a promover: son parte del orgullo argentino así como es un orgullo tener hoy en esta sala un Premio Nóbel. Muchos de nuestros científicos son también parte del orgullo y de la riqueza de la Argentina.

8. Desarrollo humano y oportunidades.

Tenemos que construir y animarnos a desarrollar un combate en acuerdo de todos por el desarrollo humano y contra la pobreza como objetivo de toda de la dirigencia política, de la dirigencia gremial, de la dirigencia social, de la dirigencia empresaria, de la dirigencia educativa.

Sin dudas un país con los problemas que tiene la Argentina y en vías de desarrollo necesita de un gran acuerdo para definir algunos pilares que sean básicos: El derecho a la casa propia, al techo, a la tierra, es un derecho de los nuevos derechos de la Argentina. Dos millones de lotes con servicios en los próximos cuatro años en el marco del nuevo destino de uso de las tierras, muchas veces ociosas, que tiene el Estado nacional y los provinciales. Ahí tenemos que poner el esfuerzo de la inversión: lotes con servicios.

La garantía alimentaria y la garantía de cobertura del sistema de salud integral tiene una responsabilidad que nos permita unificar en un único sistema de salud o seguro de salud el piso mínimo de garantía de atención sanitaria para todos.

Cuando uno mira lo que Argentina invierte en salud y los problemas de calidad que a muchas veces tenemos producto de que se apilan en algún lugar capacidades mientras no existen en otros lugares, nos demuestra que si nos ponemos de acuerdo definimos prestaciones, capacidades, roles, carrera sanitaria, tenemos la oportunidad de con el mismo monto de inversión que hoy tenemos en la Argentina brindarle un buen sistema de atención sanitaria a los y las argentinos. Eso hace a la calidad de vida.

También tenemos que mirar qué pasa con la seguridad social. El pacto intergeneracional que es que la fuerza de trabajo de una sociedad sostiene a aquellos que se retiran del mercado de trabajo es una responsabilidad indelegable del Estado.

Argentina tiene uno de los sistemas más amplios de cobertura de seguridad social en la región con la tasa de cobertura más alta, pero con el desafío de financiarlo porque tenemos que pagar más y mejores jubilaciones, y no peores.

En esta campaña volvió a ponerse en discusión el tema de la seguridad social: agarran o la tijera o la motosierra dependiendo quién está ese día en la tele y dicen bueno hay que cortar o romper acá. Y miran a los jubilados. Dicen vamos a cortar 15 puntos del del gasto, le van a cortar la cabeza por lo menos un millón de jubilados.

Defender un sistema de seguridad social público que abrace, incluya, pague buenas prestaciones, sostenga tasa de cobertura y se financie a partir de entender la realidad económica y donde se dan los procesos de concentración exagerada de riqueza. Lo tenemos que hacer a partir de un acuerdo entre todos.

 

9. Definir una política exterior inteligente.

En este mundo de guerras, de una batalla comercial silenciosa entre bloques, la política exterior juega un papel central.

Argentina tiene un único camino en materia de política exterior, que es la multipolaridad. Tenemos que dialogar, comerciar, articular con todos los bloques económicos, pensando en un solo interés, el de los argentinos. No importa lo que nos pidan de afuera, sino lo que necesitamos acá adentro.

El servicio exterior tiene que estar puesto al servicio de las empresas y del Estado argentino para abrir nuevos mercados. Quiero que cada embajador sea un vendedor de las pymes, de las grandes, de los emprendedores, del trabajo argentino en el mundo.

Y quiero que nos animemos a cambiar la ley de servicio exterior, que los ascensos sean de acuerdo a quien más mercado le abre a la Argentina, y no solo a antigüedad, sino sobre todas las cosas al desarrollo económico de nuestras empresas.

Debe ser un acuerdo de toda la diligencia económica, política, empresaria y social nunca más en la Argentina ni deuda para financiar gasto público ni deuda para financiar fuga de capitales que termina en manos de fondos extranjeros.

Además, una norma con mayorías especiales que haga que aunque cambie el gobierno no cambie la política. Endeudar a las futuras generaciones sólo para promover las mejoras en el cambio climático, las mejoras en infraestructura, las mejoras en capacidades intelectuales, pero no para financiar gastos coyunturales que no se pueden financiar o que no son financiables por falta de planificación.

Planificación y orden en las cuentas públicas, pero además un enorme compromiso para rediscutir un programa serio con el Fondo y para que nunca más la Argentina tome deuda para financiar salida de capitales de la Argentina.

Cuando hablamos de nuestra agenda de política exterior, en un año en el que, además por primera vez la Comunidad Económica Europea denomina por su nombre a ese pedazo de nuestro suelo, de nuestra tierra, el tercer gran consenso en la política exterior es la irrenunciabilidad de Argentina, la soberanía sobre nuestras Islas Malvinas.

Las Malvinas fueron, son, serán Argentinas, que no nos vengan con el cuentito de los kelpers y la autodeterminación. La soberanía y la sangre de los soldados no se negocian.

10. Velar por la seguridad y la justicia.

Todos aquellos que son argentinos de bien van a estar involucrados y convencidos de que es tiempo de establecerlo: definir una agenda de seguridad y justicia que le devuelva la paz, la tranquilidad a los argentinos para que la calle sea de los laburantes y no de los delincuentes. El delincuente en la cárcel, el laburante en el laburo.

Y eso implica no solamente establecer el desarrollo de una agencia especializada en los tres crímenes transnacionales, narcotráfico, corrupción y trata de personas; no solo la definición de un programa de prevención con tecnología y logística de seguridad para las 140 ciudades de más de 50 mil habitantes que incluya móviles, cámaras, sistemas satelitales financiados desde el Estado Nacional. Ya empezamos a firmar el programa con algunas ciudades.

También incluye que nos animemos a controlar a que cada uno cumpla con su tarea. Así como rendimos cuentas cada 2 o 4 años quienes somos parte del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo, también en los temas vinculados al tiempo de la Justicia y sobre todas las cosas, para los hechos de inseguridad que conmueven a nuestra sociedad, tenemos que animarnos a establecer un mecanismo de rendición de cuentas para que todos rindamos cuentas frente a la sociedad.

Los tres poderes del Estado poniendo el cuerpo y la cara. A ninguno que le falten los recursos, pero que ninguno escape a la responsabilidad frente a la sociedad. De nada nos sirve invertir en prevención, tener policía profesional, si la policía detiene y detiene y la justicia libera y libera sin responsabilidad. De nada nos sirve si a la hora de accionar frente al delito nos encontramos con inacción, falta de operatividad o muchas veces, como vimos en algún caso en la ciudad de Rosario, complicidad de la justicia.

Yo quiero ser el presidente de la Unión Nacional. Plantee claramente que el trabajo y los trabajadores son mi ambición. Y quiero ocuparme personalmente del tema seguridad porque siento que muchas veces falta fortaleza y decisión o faltan instrumentos y recursos.

Un proyecto de Unión Nacional que tiene que tener  de parte de todos nosotros la generosidad de que hoy a la noche vayamos a buscar a alguien que no piensa como nosotros y decirle que venga, que no pedimos carné de entrada, que no preguntamos de dónde vienen, que queremos contarles.