Nuevos atractivos turísticos de la ciudad de La Rioja

 

El calor del verano riojano ya no es un impedimento para conocer la capital provincial, que ofrece la frescura y el verdor del último tramo de la Yunga en el Parque Natural y Arqueológico El Saladillo; un moderno complejo cultural en pleno centro -el Kilómetro Cero-; y la posibilidad de nadar y divertirse entre los cerros de la Quebrada, a sólo 20 minutos de la plaza principal, en el Parque Acuático Los Sauces

Conocida por albergar un circuito religioso muy rico, con iglesias de distintas congregaciones y de los más variados estilos arquitectónicos, junto a un calendario litúrgico que tiene al Tinkunaco como su punto culminante, La Rioja comenzó a notar un cambio en el volumen y la frecuencia de visitantes en base a nuevas propuestas destinadas a todas las edades y bolsillos.

Su fiesta más popular, la Chaya, la creciente cantidad de parques y paseos públicos de moderno diseño, los shows y eventos deportivos de gran envergadura, van complementando las opciones que, año a año, comenzaron a romper con la estacionalidad, esa variable tan temida en el sector turístico.

Semana Santa y Vacaciones de Invierno, si bien mantienen la ocupación a pleno, dejaron de ser las dos únicas épocas turísticas tradicionales en la Ciudad de La Rioja, que incorporó en el último año tres nuevas propuestas destacadas.

En muy poco tiempo estas se convirtieron en una opción que está logrando la permanencia del turista, que habitualmente usan la ciudad como base para sus excursiones a Talampaya o la Cordillera.

Con el Parque El Saladillo, el Kilómetro Cero en el Paseo Cultural y el flamante parque acuático en el viejo balneario del dique Los Sauces se está logrando extender la estancia de los turistas, obligando a sumar al menos un día de visita para disfrutar de estas nuevas propuestas.

Además, al tratarse de atracciones gratuitas o de muy bajo costo, a minutos del centro de la ciudad y con servicio de transporte público exclusivo para esos recorridos, son ideales para familias o grupos que no llegan a La Rioja en sus propios vehículos.

«Nuestro objetivo, evaluando cómo ha crecido el turismo hacia nuestras provincias del Norte después de la pandemia, era lograr que el visitante agregue un día de pernocte en su paseo por La Rioja y que ese día lo pase en la Capital», aseguró para Télam el ministro de Turismo y Culturas, Gustavo Luna.

La antigua Escuela Normal de Maestras, donde Rosario Vera Peñaloza tuviera su formación pedagógica inicial, se convirtió en la actualidad en lo que se conoce como ‘El Kilómetro Cero del Turismo y las Culturas’.

El lugar funciona como el disparador de las distintas rutas turísticas de la provincia, cada una de ellas con un espacio de muestra permanente para anticipar los sitios y bienes patrimoniales con que se encontrará el turista al emprender sus excursiones hacia el interior.

El Kilómetro Cero cuenta con ocho salas temáticas que albergan contenidos referidos al patrimonio paleontológico, cultural y natural de la provincia.

La Sala de los Dinosaurios, desarrollada en conjunto con investigadores del Conicet que trabajan en el Centro Regional de Investigación de La Rioja, contiene distintas réplicas en tamaño natural de esqueletos de animales encontrados en el territorio riojano, como el Bravasaurio o el Punatitán, dos de los vertebrados más grandes del continente.

Además, presenta un recorrido visual por la conformación geológica de esta zona del planeta.

En las salas de la Memoria, de Rosario Vera Peñaloza y de los Caudillos, se refleja gran parte de la historia del pueblo riojano a través de sus héroes, heroínas, intelectuales y mártires, plasmados además con belleza y realismo en las esculturas del prestigioso Estudio Pugliese que inmortalizan al Chacho Peñaloza, Facundo Quiroga o Rosarito, entre otros.

Además, el Kilómetro Cero cuenta con modernos y cómodos espacios para espectáculos, tienda de productos regionales, auditorios y lugares de exposiciones, recibiendo a miles de turistas y riojanos todos los días del año, de 9 a 21.00 horas y a sólo una cuadra de la plaza principal.

A sólo 15 minutos del centro de la ciudad, y en medio de una quebrada bendecida por la naturaleza y la última manifestación de la Yunga boliviana, se esconde una estancia histórica que se abre al público para vivir una experiencia inolvidable: el Parque Natural y Arqueológico El Saladillo.

Allí se ofrece un recorrido guiado para conocer la vida de los esclavos africanos durante el mandato de los Jesuitas, el período republicano con el paso por el lugar de Joaquín V. González, y hasta la toma del casco de la estancia por un grupo de tareas de la dictadura militar para sus prácticas de combate.

El histórico predio se encuentra en el faldeo del cerro Velasco, hacia el noroeste de la ciudad, al que se accede por un camino de ripio en perfectas condiciones para visitar todos los días del año, de 8 a 20.00. Las maravillas de su entorno, la construcción italianizante de su estancia y las esculturas hiperrealistas que recrean las labores que debían cumplir los cientos de esclavos que vivían en la finca en el siglo XVII, son un atractivo imperdible.

Pero el predio esconde tesoros aún más antiguos, porque en este punto estratégico de la sierra, que antiguamente era un paso estratégico entre el valle en el que se encuentra la Ciudad de La Rioja y el valle de Sanagasta, se asentaron diversos pobladores originarios dejando vestigios por todo el lugar.

Ya en el siglo XVII se instaló allí un convento jesuita que aprovechaba la humedad del terreno para extraer, utilizando mano de obra esclava, distintos materiales para la elaboración de ladrillos y tejas que luego embellecieron mansiones en La Rioja y en todo el país.

Más de 20 esculturas del Estudio Pugliese fueron instaladas recientemente en el lugar, siguiendo el recorrido exterior de la Estancia, para mostrar de manera realista las pesadas labores a las que eran sometidos hombres, mujeres y niños traídos desde África que llegaron a conformar casi el 50 por ciento de la población riojana en épocas de la Revolución de Mayo.

En una ciudad donde el verano y gran parte del otoño pueden ofrecer temperaturas que llegan a los 45 grados, hay una opción refrescante con la transformación del antiguo balneario del dique Los Sauces en un parque acuático ideal para disfrutar en familia, con tres enormes piletas circulares con seis toboganes, un campo multideportivo, gimnasio al aire libre, un amplio espacio gastronómico y la maravillosa geografía del lugar, entre cerros y árboles de gran tamaño.

El Parque se encuentra sobre la ruta nacional 75, que conduce desde la Capital hacia la villa veraniega de Sanagasta, el inicio del circuito turístico de la Costa riojana.