Canillitas virtuales, lectores digitales y el desafío de leer el diario en el celular
Lectores de la edición PDF de diario El Independiente, la mayoría adultos mayores propios de la cultura letrada, comentan en esta nota cómo se adaptaron a la lectura virtual. No faltó la nostalgia, al recordar a los canillitas que los despertaban al grito de «diario, diario».
Hoy, la campanita de notificaciones, les anuncia en el celular, a modo de “canillitas virtuales” la edición diaria de este matutino.
Algunos de los entrevistados son suscriptores de la edición PDF, otros lo reciben de amigos o grupos virtuales; están los que leen con el mismo entusiasmo que la edición papel. Otros, tienen la edición digital en el celular, pero compran la gráfica por la emoción del papel y el olor a tinta. Están los que no eran asiduos lectores y ahora la disponibilidad en cualquier lugar, tiempo o espacio, les facilita su consulta. No falta quien vive en otra provincia y recibe con emoción novedades de los riojanos.
Está última situación es la que relata Margarita Palomeque que residió 30 años en la ciudad de La Rioja y cuando se jubiló regresó a la casa familiar en Dean Funes, Córdoba. A través de una amiga recibe diariamente la edición PDF del diario, al que antes consultaba en papel “para informarme y por el placer de leer. Ese placer lo sigo manteniendo y me tuve que adaptar al avance de la tecnología.
Ahora, lo espero con ansias y lo sigo leyendo con el mismo entusiasmo en el celular”. Siente que con el diario digital “sigo conectada con esa ciudad de la que tengo tan lindos recuerdos y de los riojanos que me brindaron su afecto. Desde acá les mando un saludo a todos los canillitas en su día”.
Isabel Carrizo, directora de escuela jubilada pudo adaptarse al diario virtual por sus conocimientos avanzados en computación; sin embargo, compra el diario papel para su familia.
“Esta posibilidad de leer el diario en PDF nos permite acceder muy temprano a las noticias porque como suscriptora a la cero hora ya lo tengo disponible en la web del diario. Creo que esta manera de publicarlo permite llegar a poblaciones muy alejadas, incluso a otros lugares del mundo”.
“Me gusta la edición en PDF es práctica y da la sensación de leer las páginas como en papel. No es complicado, todos podemos hacerlo, hasta podemos ampliar la letra, comentar con la familia y los amigos, es cuestión de animarse, ni a la computadora ni al teléfono les pasará nada si tocamos un botón o tecla demás”.
Inés Montivero muy activa en redes sociales, páginas web y eventos culturales virtuales recuerda su pasado letrado porque “desde siempre en mi casa se lee: padres, hijos y nietos. Lo primero que llegaba era El Independiente y Clarín. Los ordenábamos por día porque los vecinos lo buscaban por una noticia, edictos, avisos fúnebres, etc.
Nuestro canillita era Humberto, muy puntual, a las 6, ya tiraba El Independiente por la ventana, teníamos una relación amigable con su familia peruana. Ahora la información nos llega con el digital. Lo bueno es que no necesita espacio físico, es más ágil la lectura en los dispositivos, siempre que tengamos buena conexión a Internet, un gran adelanto”.
La licenciada Juana Olivera dice que “la pandemia nos obligó a los adultos y adultos mayores a acercarnos a lo digital, a las redes sociales y a actualizarnos cada día en el manejo de los aparatos tecnológicos de comunicación. Vemos que las noticias nos llegan a una velocidad y a una inmediatez sorprendente”.
Actualización que no le impide extrañar a “los canillitas que tiempo atrás nos despertaban con sus gritos: diariooooo” y le acercaban “este mismo diario que hoy recibimos por celular, este aparato que nos acompaña todo el tiempo y que tenemos que actualizar para estar a tono con los avances tecnológicos y recibir la edición digital del diario”. En su barrio hay un grupo de comunicación por “wahtsApp” donde se lee en PDF.
Nada reemplaza el papel
Inés Názar, docente universitaria, cuenta que la edición gráfica de “El Independiente llega a mi casa todos los días. Soy hija de Gutenberg, nada reemplaza el tacto con el papel, el olor de libros, diarios, revistas. Sensaciones e interacciones que no las vivo en la virtualidad”. Tiene la edición digital en el celular que distribuye “entre amigos, -mis suscriptores-, que me lo reclaman si tardo en enviarlo. Se mal acostumbraron en pandemia sobre todo del interior de la provincia”.