Advierten que acuerdos de precios no frenarán inflación ni reclamos salariales
Los acuerdos de precios por dos meses que pactó el Gobierno con algunos sectores atacan superficialmente “el problema inflacionario pero no lo revierten del todo”. Y tampoco resultan “demasiado creíbles” para los gremios que no frenan los reclamos salariales superiores al 20% como pretendían las autoridades.
Así lo plantearon en sendos informes las consultoras Economía & Regiones (E&R) y Ecolatina, que coincidieron en que para frenar la aceleración inflacionaria hay que adoptar medidas de política monetaria, fiscal, cambiaria y de estadísticas.
Para E&R, “claramente, el fantasma de la estanflación (inflación más estancamiento) sigue latente”. En ese marco, la consultora planteó que “el Gobierno no ha ignorado el agravamiento del problema inflacionario”.
“El reconocimiento tácito de que la inflación es un problema y el deseo de limitar las alzas salariales a 20%, impulsaron a la actual administración a llegar a un acuerdo con los grandes supermercados para congelar los precios por 60 días”, evaluó E&R, aunque añadió que no hay “solución de fondo sin modificar la política macroeconómica”.
En este contexto, advirtió que “la situación social podría tensarse en una economía que casi no crece y una inflación que se acelera”.
En la misma sintonía, Ecolatina aseguró que el congelamiento de precios “por un breve período, como un bimestre, no resulta demasiado creíbles para los gremios”.
“El ámbito de aplicación es acotado; las grandes cadenas de supermercados concentran buena parte de las ventas de bienes de consumo masivo, pero existe otra parte considerable de las mismas que se lleva a cabo en canales tradicionales (almacenes, autoservicios, panaderías, verdulerías, carnicerías, etc.) que no participan del acuerdo”, explicó.
Además, señaló que dado que el congelamiento “se aplicará sobre los productos comercializados por los supermercados y no sobre toda la cadena de valor, resulta esperable que una vez finalizado el período de validez del acuerdo estos trasladen al menos en parte al público los aumentos de precios que aplicaron sus proveedores”.
“La coyuntura electoral propia de 2013, la inercia inflacionaria tras cinco años consecutivos con tasas en torno de 20% y las elevadas expectativas de inflación (no descienden de 30%), hacen que los incentivos para que los gremios reclamen ajustes salariales por encima de la pauta pretendida por el Gobierno (20%) sean mayores”, razonó.
Ecolatina objetó que “las autoridades se muestran más enérgicas en acotar los reclamos salariales que en llevar a cabo una política antiinflacionaria consistente que incluya al resto de las políticas (monetaria, fiscal, cambiaria) y estadísticas confiables”.
“Llevar a cabo un plan de moderación de los salarios con el fin de contener la inflación sin otros cambios de política económica dará lugar a una mayor conflictividad laboral y a un estancamiento en el poder adquisitivo de los trabajadores, con efectos negativos sobre el consumo en un año electoral”, alertó.