Gareca: Un ganador de bajo perfil
El 15 de diciembre de 2008, Ricardo Gareca se convirtió en el nuevo entrenador de Vélez. Llegó por un año. Ya lleva cuatro. En el recorrido, logró tres títulos locales, un subcampeonato y llegó dos veces a semifinales de Copa en 2011: Libertadores y Sudamericana. Por eso el ciclo del Tigre en Vélez es el más exitoso de los últimos cuatro años del fútbol argentino. Siempre con el bajo perfil como sello. Es el que más partidos ganó, el que más puntos sacó y el equipo que más goles convirtió. Y el que apostó a jugar teniendo como objetivo el arco rival. Un axioma del fútbol que muchos olvidaron.
El martes 16 fue presentado y habló por primera vez como entrenador de Vélez. De traje gris, camisa blanca, el pelo un poco más corto que ahora pero siempre prodigioso, el Tigre afirmó: “La presión es permanente; las presiones siempre existen en el fútbol. Me gusta esta profesión, es lo que sé hacer. Tomo esto como una etapa para gozar; de esa manera voy a encarar mi trabajo en Vélez. Prometo trabajar y dedicarme a full; me considero un profesional”. Y enseguida tiró una frase que pareció de ocasión, pero el tiempo la puso en su lugar: “Quiero un equipo como los de la década del 90”. A su lado estaban Christian Bassedas, manager del club y el gran responsable de la llegada del técnico, Fernando Raffaini, ex presidente, Miguel Calello, entonces vice y ahora presidente, y Julio Baldomar, también vicepresidente, cargo que aún mantiene.
El debut oficial se concretó el 8 de febrero de 2005, en cancha de Huracán ante Independiente. El partido finalizó 0 a 0 y el uruguayo Rodrigo López desvió un penal. Vélez formó con Montoya; Cubero, Domínguez, Waldo Ponce, Papa; Nicolás Cabrera, Razzotti, Zapata; Darío Ocampo, Maxi Moralez y Rodrigo López. Luego ingresaron Roberto Nanni, Alejandro Cabral y Héctor Canteros. En el banco quedaron Barovero, Gastón Díaz, Otamendi y Leonardo Piris. De los 18 jugadores, cuatro de la última línea sumaron ayer un nuevo título: Montoya, Cubero, Domínguez y Papa. Y los tres defensores, además, integran el podio de los que más jugaron en la era Gareca: Domínguez 171 de los 199 partidos, Papa, 166, y Cubero, 146.
En total, el Tigre utilizó 76 jugadores, de los que actuaron 67 y 9 fueron al banco y nunca ingresaron. De los 67 futbolistas, 22 debutaron en Primera durante la era Gareca. Todos de la divisiones inferiores del club, como los 9 que fueron al banco y todavía no debutaron. Además, otros 21 nombres también surgieron de la cantera velezana. Es decir que 52 de los 76 jugadores (el 68 %) fueron formados en Liniers.
De los restantes 24 futbolistas, 9 ya estaban en el club antes de la llegada de Gareca y 16 fueron las incorporaciones en los últimos cuatro años: Domínguez, Larrivey, Moralez, Caruso, Lima, Augusto Fernández, Ortiz, Franco, David Ramírez, Cerro, Jonathan Ramírez, Pratto, Ferreyra, Copete y Sosa. Además, hay que contabilizar el retorno de Silva y de otros 10 hombres del club que estaban a préstamo, volvieron y el Tigre les dio un lugar. La política del club fue vender poco y comprar poco. Pero bien. Así, se fueron en sumas millonarias que sostienen gran parte de la estructura que tiene Vélez actualmente: Alejandro Cabral (luego volvió), Nicolás Otamendi, Marco Torsiglieri, Jonatan Cristaldo, Ricardo Alvarez, Maximiliano Moralez, Santiago Silva, Héctor Canteros, Augusto Fernández y Juan Manuel Martínez.
Pocos clubes en el fútbol argentino tuvieron un ciclo tan exitoso en dos décadas. Los mejores 20 años de Boca fueron desde 1992 a 2011: logró 22 títulos. Y entre 1919 y 1928 sumó 17 trofeos. En cambio, River sumó 17 títulos entre 1931 y 1952, mientras que desde 1975 a 1994 dio 15 vueltas olímpicas. Independiente fue 17 veces campeón entre 1965 y 1984, mientras que Racing en la época amateur (1912-1931) sumó 21 títulos. Después, aparece Vélez con estos 13 títulos en 20 años.
La era Gareca incluye los últimos tres títulos en estos cuatro años. Una época inolvidable y un estilo simple que dejará su huella.