Riquelme trae nuevos aires
La jugada de Juan Román Riquelme de anunciar a último momento su ingreso a la lista de Jorge Amor Ameal será tan recordada como el caño a Mario Yepes o el Topo Gigio después de un gol contra River. Fue de alto impacto. No es difícil imaginar que el ídolo máximo de la historia del club les pasó facturas pendientes a Mauricio Macri, a Daniel Angelici y a todos los que se alinean en torno de ellos.
Más de una vez, cuando era jugador, le negaron lo que pedía (y que el creía muy justo), lo ningunearon y lo fueron a buscar en la reciente campaña un poco porque lo necesitaban y otro poco porque querían que no fuera parte de la oposición. Riquelme alimentó las fantasías del oficialismo, dio algunas señales de neutralidad más tarde y sobre el filo del cierre de lista mostró las cartas que fueron como un mazazo pora los actuales dirigentes.
«La venganza será terrible», debe haber pensado a lo Alejandro Dolina. ¿También hubo millones de razones más como sugirió José Beraldi? Puede ser. En los giros del planeta Boca todo es posible. ¿O acaso se puede ser ingenuo y creer que el oficialismo tiene comportamientos que no incluyen apuestas económicas para conseguir sus objetivos políticos? ¿La llegada de Tevez a Boca que costó fortunas tenía solo interés deportivo? ¿No se la debía vincular a propósitos políticos a nivel del club y a nivel nacional para darle aire al macrismo?
Lo que sí representa un verdadero misterio es saber qué éxito podrá tener Riquelme como responsable del fútbol del club. Los que lo cuestionan (en primera línea los periodistas cercanos al macrismo) aseguran que no tiene experiencia, pero el argumento se empieza a derrumbar cuando se observa cómo les fue a los que sí tenían experiencia y resolvieron la contratación de futbolistas que no dieron ningún resultado al club.
Lo que no pueden negar sus detractores es que Riquelme, aunque no tenga antecedentes en conducción, sabe de fútbol, sabe reconocer a los buenos jugadores, defendió siempre a los futbolistas surgidos de las divisiones inferiores y es consciente de que los éxitos mucho dependerán de lo que lo florezca en el semillero.