Roger se quedó con la camiseta de Román
Tras la jugada maestra de anunciar a último momento su apoyo a la fórmula que encabezan Jorge Ameal y Mario Pergolini, con lo que dejó totalmente desairado al oficialismo de Boca, Riquelme se acercó al estadio Mary Terán de Weiss del Parque Roca para compartir un momento con el tenista suizo, que participó de una exhibición con el alemán Alexander Zverev, que lo venció en un doble tie break.
Riquelme, acompañado por su hijo Agustín, su hermano Cristian y sus ex compañeros Marcelo Delgado y Javier García, se juntó con Federer en una de las salas del estadio y, además de tomarse fotografías, le regaló una camiseta de Boca con el número 10 y con su nombre. Del encuentro también participó Juan Martín del Potro, que iba a ser parte de la exhibición con el suizo, pero se bajó ya que no se encuentra del todo recuperado de la operación de la rótula derecha.
Durante la semana, Federer ya había mostrado su buena onda con Riquelme al comparar su relación con la pista central de Wimbledon con la del ídolo de Boca con la Bombonera. «Es cierto que me siento muy conectado con ese lugar, es como mi patio… Algo así como es la cancha de Boca para Riquelme. Estuve en la cancha de Boca con Batistuta algunos años atrás, Juan Martín (Del Potro) también estaba, fue genial, fue lindo de ver. ¡Así que estuve en el patio de la casa de Riquelme…!», destacó el ex número uno del mundo en las ruedas de prensa previas al duelo con Zverev. Federer es fanático del fútbol, es hincha del Basilea y su máximo ídolo en ese sentido es el argentino Matías Delgado, ex futbolista de Chacarita que brilló durante una década en el club suizo.
Roger se quedó con la 10 de Román. Agustín, el hijo de Riquelme, comparte el momento.
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Miguel Najdorf | Página12
Para completar un día totalmente «riquelmeano», Federer imitó ante las 15 mil personas que lo fueron a ver el festejo que patentó el ex capitán de Boca en 2001, cuando celebró un gol contra River llevando las manos a sus orejas para escuchar el grito de todo el estadio. En aquel momento, Román ironizó que se trataba de una imitación del «Topo Gigio», el personaje que su hija Florencia idolatraba, cuando en realidad se trataba de un desafío al entonces presidente xeneize, Mauricio Macri, con quien estaba en conflicto en ese momento.