La UBA avanza en su plan digital y piensa en una innovadora plataforma que podría cambiar la dinámica de sus clases
La universidad está cerca de cerrar un acuerdo para implementar un programa que permitiría, por ejemplo, clases por videoconferencia y participación a distanciaç
La Universidad de Buenos Aires se encamina hacia un proceso de modernización. Además de los anuncios de hace dos semanas, que incluían wi-fi en todas las facultades y el trámite de inscripción al CBC online, ahora apuesta a profundizar esa sinergia. Está próxima a cerrar un acuerdo para establecer una plataforma que vincule a los distintos actores: estudiantes, profesores y personal administrativo.
Según supo Infobae, en la UBA proyectan una “plataforma de colaboración segura para compartir recursos”, que combinaría un aula virtual con facilidades para la gestión. En lo académico, por ejemplo, los alumnos podrían ver algunas de sus clases a través de videoconferencia. Mientras que en lo administrativo una ventaja estaría en la toma de asistencia y en notificar las calificaciones
El primer avance fue conectar a los edificios. El siguiente que desandarán es generar comunidades dentro de la universidad para que se refleje en vínculos colaborativos, de intercambio de información.
Como ya sucedió en la primera etapa, la universidad mantiene conversaciones con la empresa de telecomunicaciones Cisco. Andres Quinn, su director comercial de sector público y corporativo para Argentina, Paraguay y Uruguay es quien lleva adelante el diálogo. “Lo que acaban de adquirir es la autopista y vienen andando por uno de los carriles, con funcionalidades importantes, pero básicas. Ahora estamos cerca de que comiencen a usar los otros cuatro carriles en una fase que puede cambiar la dinámica dentro de las facultades”, consideró.
Federico Saravia, subsecretario de transformación digital y modernización de la universidad, confirmó: “La UBA tiene un camino hacia la digitalización. A este proceso lo llamamos ‘UBA digital’”, confirmó . “Entendemos que las nuevas tecnologías ayudan mucho en la interacción de los distintos actores: alumnos, docentes, no-docentes, graduados. Hoy la mayoría de nuestros estudiantes son nativos digitales. La idea es ir hacia donde están ellos y que no solo ellos vayan donde estamos nosotros”.
Para Saravia, hay tres etapas de actualización. La primera de ellas es donde hoy hacen foco: dar la posibilidad de que los trámites sean a distancia, reducir la presencialidad. La segunda es generar repositorios digitales, que contengan los legajos y títulos. La última es la que se orienta hacia lo pedagógico: “Queremos conservar, guardar y disponer lo que pasa en las facultades. Que todo lo que hoy ocurre offline, esté online. Compartir la información”, subrayó
El Webex es la plataforma con la que avanzan. Desde la empresa, indican que tiene distintas capacidades. Ellos lo delimitan en “antes de clase”, “durante la clase” y “después de clase”.
Una vez definida la lista de estudiantes para una cátedra, la plataforma permitiría el envío de textos y material, un canal de comunicación entre profesores y alumnos, consultas por notas, asistencia, horarios de clase y alertas en caso de ausencias de docentes.
Durante la clase, en caso de no poder asistir al aula por distintos motivos (condiciones climáticas, distancia, falta de recursos), los estudiantes estarían en condiciones de cursar en formato remota. Aquellos profesores que lo consideren pertinente podrían filmar sus clases y abrir un espacio para consultas. Incluso sumar a distancia a especialistas sobre temas puntuales.
Algo similar hace Cisco en Uruguay. Es la principal proveedora del Plan Ceibal, una de las políticas educativas más elogiadas de la región. A través de ese programa, Uruguay solucionó la escasez de profesores de inglés. Los alumnos de primaria reciben clases a distancia vía videoconferencia desde países vecinos como Argentina o completamente lejanos como Filipinas
“En Uruguay está destinado a 100 mil alumnos. En la UBA sola hay más de 300 mil estudiantes. Por eso, el impacto que tendría podría ser enorme. Claro que, de concretarse el acuerdo, también dependería de una decisión de cambio de las facultades y los profesores. No es lo mismo dar una clase convencional que una en la que te están grabando. La gran ventaja es quedaría almacenado para que el alumno pueda repasarla cuantas veces quiera”, señaló Quinn.
El ejecutivo de la compañía lo ilustró con un ejemplo. Un profesor, antes de iniciar la clase, abre una sesión para que los alumnos que tienen acceso a ese curso se puedan sumar desde donde estén. Además de la posibilidad de video, hay espacio para preguntas y respuestas. “Los alumnos, desde cualquier dispositivo con conexión, solo teniendo 4G, podrían acceder en tiempo real”, agregó.
En la universidad, apuestan a que “UBA digital” esté finalizado en 2021, cuando se cumplirá el bicentenario de la institución. Aunque, aclaran, en el medio se irán dando avances. “Para que se refleje en lo pedagógica se necesitarían cambios en las prácticas docentes. No es fácil, pero tampoco algo tan lejano. Hoy todos los profesores se vinculan de alguna u otra manera con la tecnología”, creen
Fuente Infobae