Cuando ingresó Tevez se dio vuelta todo
A pesar de que la clasificación no estaba asegurada, Boca tenía todo para convertirse en uno de los 16 equipos que afrontarán la fase eliminatoria. Ubicado en la segunda posición de la zona, con ocho puntos, a una unidad del equipo brasileño, eran dos los resultados que le daban al conjunto de Gustavo Alfaro el boleto para los octavos de final: si superaba a Paranaense, además, se quedaría con el primer lugar del Grupo G. En caso de empate, por tener mejor diferencia de gol, superaría a Deportes Tolima, más allá que los colombianos superaran a Jorge Wilstermann.
En los primeros 15 minutos, Boca asfixió a su adversario y en esa ráfaga generó tres situaciones de gol claras. Zárate casi convierte con un remate con efecto. Enseguida, Benedetto estuvo cerca de hacer uno de los mejores goles de la Copa: capturó de taco un centro de Buffarini, pero controló el arquero Santos. Y a los 14 minutos, el delantero asistió y encontró bien ubicado a Lisandro López; pero el defensor desperdició una gran chance.
A partir de allí, Paranaense logró ir haciéndose de la pelota y así bajarle el ritmo al partido. Sin embargo, los momentos en los que consiguió ser incisivo fue cuando recuperó la pelota y aceleró por las bandas, con las transiciones rápidas que lastimaron a Boca en el partido de ida.
La primera etapa dejó dos malas noticias para el local: la tercera amarilla de Izquierdoz, que no podrá estar en el duelo de ida por los octavos de final, y la lesión muscular de Benedetto, que probablemente se pierda el encuentro del domingo ante Vélez, por la Copa de la Superliga.
Después de superar a Godoy Cruz en los octavos de final de la Copa de la Superliga, el entrenador boquense volvió a apostar la base del equipo titular. Sin Emanuel Reynoso, que el pasado domingo sufrió un esguince en su rodilla derecha, en su lugar ingresó Agustín Almendra, que viajará junto a la selección Sub 20 a jugar el Mundial de la categoría en Polonia.
El desarrollo fue muy deslucido a lo largo de la primera parte, y continuó de la misma manera en la segunda mitad. Boca se retrasó y la pelota era controlada por los brasileños. La sorpresa se dio a los 18 minutos, cuando Ruben marcó un gol de cabeza, en una mala salida del arquero.
La desesperación se apoderó de algunos jugadores de Boca, que no mostraban precisión en los pases, y eso provocaba más nerviosismo. El empate de López generó más tranquilidad, y el envión fue coronado por Carlos Tevez.